Un video reciente en TikTok ha vuelto a poner en el centro de la conversación una de las prácticas más comunes entre los cubanos emigrados: enviar a sus familiares en la isla cualquier cosa que pueda aliviar las carencias de la vida diaria en Cuba. Esta vez, el foco está en las bolsas de arroz de Walmart, un objeto que en el exterior puede parecer insignificante, pero que en la isla adquiere un valor especial. El clip, publicado por la usuaria Patry.tu.flaqui (@patry.tu.flaqui), muestra cómo su amiga colecciona con esmero estas bolsas para mandarlas a Cuba.
El video, que ya acumula más de 330 mil visualizaciones y 11 mil likes y en el que suena de fondo el audio viral 'tato qué es esto' no deja de arrancar sonrisas, pero también las reflexiones.
Una necesidad disfrazada de humor
En las imágenes, la chica aparece sacando varias de estas bolsas de debajo del fregadero, preparadas para su próximo envío. Con la frase "Mi amiga colecciona las bolsas para mandar pa' Cuba; ¡ay, mi madre, ahora sí morí!" acompañando el video, queda claro el tono humorístico. Sin embargo, detrás del 'chiste' se esconde una realidad: la grave escasez que enfrenta la isla, donde algo tan simple como una bolsa puede convertirse en un lujo.
Los usuarios de TikTok no tardaron en llenar la sección de comentarios con sus propias experiencias y anécdotas sobre la vida en Cuba. Uno de ellos decía: “Pues yo me fui a un hotel en Varadero con un bolso de esos y hasta foto y para Facebook, no sabía que era del arroz aquí”. Otro usuario añadió entre risas: “Ya hasta mi mamá quiere que le mande porque dice que están de moda allá en Cuba”.
Entre los comentarios varios usuarios confesaron cómo han convertido esta práctica en un hábito, mostrando cómo el reciclaje de cualquier tipo de artículo es un recurso clave para apoyar a los suyos. “Mi hija y yo tenemos como treinta para mandar. Creí que éramos las únicas, es una epidemia”, bromeó una seguidora. Otro añadió: “Dios, en Cuba eso es una Louis Vuitton”.
Solidaridad desde el exilio
"Yo también las guardo para mi mamá, allá no hay ni jabas, y estas por lo menos le van a durar”; “Tato, tú te pasas, yo también las mando para Cuba, allá lo valoran mucho”; “Yo que trabajo en un mercado me las regalan porque siempre digo que se las mando a mi mamá, ahorita las puede vender”; “El cubano siempre pensando en la familia”; “No te avergüences, que dichoso el que en Cuba pueda tener una javita de esas”; “Eso en Cuba es oro, allá lo compran en 500 pesos y los familiares sobreviven”; "Eso es un lujo de bolsa"; "yo igual. me da un sentimiento. lo más lindo es q en cuba las venden"; "Ay yo las mando para cuba también para mi familia y ellos la usan para todo y siempre me preguntan si no tengo más bolsito lindo"; "uno se ríe y todo pero es q están buenas para mandarlas verdad es q no hay nada allá", "Cubana q se respete guarda las bolsas de arroz para mandarlas para Cuba"; "Le he mando a varias personas de mi barrio y están contentos", se lee enre las reacciones que ha provocado el corto vídeo, con el que muchos se han sentido identificados.
El video de Patry.tu.flaqui -que se suma a otros también virales en la red donde otros usuarios han mostrado cómo aprovechan las bolsas de arroz de Walmart, especialmente las de marcas como "Royal Basmati", para mandar en la isla- no es solo una muestra del humor cubano ante las dificultades, sino un reflejo de la solidaridad de los emigrados con los que quedaron atrás. Para muchos en la isla, estas bolsas son mucho más que un simple envase reutilizable: son una herramienta que resuelve problemas cotidianos y un recordatorio del apoyo de sus familiares en el extranjero.
Este tipo de debates no solo provocan risas, sino también una reflexión profunda sobre las condiciones de vida en Cuba. Aunque el humor predomina, la escasez en la isla es un tema serio que impulsa a muchos cubanos en el exterior a buscar cualquier forma de ayudar a sus seres queridos. En este sentido, la viralización del video de Patry.tu.flaqui refleja cómo algo tan cotidiano como una bolsa de arroz puede adquirir un nuevo significado en tiempos de necesidad.