El exilio cubano ha expresado su indignación y sorpresa tras conocerse que el piloto militar cubano Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, vinculado al derribo de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate en 1996, ingresó a Estados Unidos bajo el programa de Parole Humanitario.
La llegada del ex coronel González-Pardo, ocurrida el 19 de abril de 2024, ha generado controversia debido a su papel en la operación que resultó en la muerte de cuatro cubanoamericanos. González-Pardo, quien fuera miembro de la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba (DAAFAR), estuvo relacionado con la misión que interceptó las avionetas civiles en aguas internacionales, según determinó una investigación de la Organización de Aviación Civil Internacional.
Reacciones en el exilio
Orestes Lorenzo Pérez, un piloto exiliado que escapó de Cuba en 1991, confirmó a Martí Noticias que González-Pardo participó en la persecución aérea que llevó al derribo de las aeronaves, aunque este le aseguró que no había disparado contra ellas.
El incidente de 1996 sigue siendo un punto álgido en la memoria del exilio cubano en Miami, y la llegada del piloto ha sido vista como una afrenta para las víctimas y sus familias. Arnaldo Iglesias, uno de los sobrevivientes del ataque, expresó su descontento, calificando la situación de "inaceptable". Silvia Iriondo, quien también estuvo a bordo de una de las avionetas que lograron escapar, exigió respuestas a las autoridades estadounidenses, pidiendo explicaciones al Secretario de Estado, Antony Blinken, y al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
González-Pardo, quien ha negado la mayoría de las acusaciones en su contra, aún no ha dado una declaración pública completa sobre su participación en el suceso. Sin embargo, Orestes Lorenzo afirmó que el piloto podría ser clave para esclarecer detalles que permanecen ocultos sobre el ataque.
A pesar de la controversia, González-Pardo continúa viviendo en Jacksonville, donde trabaja en una panadería y espera la llegada de su esposa.