El régimen cubano anunció la disminución del tamaño del pan de la canasta básica a partir del viernes 13 de septiembre, cuyo peso se redujo a 60 gramos, en medio de la mayor crisis alimentaria que padece el país en su historia. Sin embargo, el Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL) no tuvo reparo alguno en exhibir su producción de harina para la exportación y venta en divisas. Y así lo hizo durante la celebración del 14 Festival Internacional Varadero Gourmet, escenario donde hizo gala de la variedad y calidad de sus harinas de trigo.
Contrastes en Varadero Gourmet
Mientras que el pasado viernes 13 la directora general de política industrial del MINAL, Anayra Cabrera Martínez, explicaba a los cubanos que la baja disponibilidad de harina de trigo obligaba a la disminución del gramaje del pan de la cuota de 80 a 60 gramos, en Varadero la empresa mixta Industria Molinera de La Habana S.A. (IMSA), con participación del Estado cubano, exhibía orgullosa su producción de harinas.
“Iniciamos este mes de septiembre con entusiasmo y determinación. Nos alistamos para mostrar nuestros productos y servicios en el Festival Internacional Varadero Gourmet 2024, del 11 al 13 de septiembre en su 14 edición”, publicaba IMSA en sus redes sociales a comienzos de mes.
Surgida de la alianza entre la Corporación Alimentaria S.A. de Cuba e IMEX S.A. de C.V., entidad con capital mexicano, IMSA desplegó en su stand de Varadero Gourmet sus harinas para elaborar panes, pizzas y repostería.
Pan para el pueblo, harina para el mercado
Mientras que Cabrera Martínez explicaba que la reducción del tamaño y gramaje del pan era la única forma en que se podía garantizar el producto normado a la población, el régimen cubano, a través de su participación en IMSA, la empresa se felicitaba porque su participación en Varadero Gourmet estaba “resultando muy activa y exitosa”.
Aprovechando el evento para intercambiar con directivos del Grupo Varadero, de la Federación Culinaria de Cuba, del Grupo de Cubanacán, la empresa vinculada al MINAL orientaba sus esfuerzos “hacia la intensificación de las relaciones comerciales entre empresas mixtas así como al desarrollo de nuevas producciones con características específicas de tipos de harina”.
Mientras Cabrera Martínez prometía que la reducción de la cuota de pan no era una modificación definitiva, y aseguraba que la medida no tenía por qué significar pérdida en la calidad del producto, la empresa vinculada al ministerio del cual ostenta el cargo de directora general de política industrial, ofrece en sus redes sociales una variedad de harinas para la exportación o venta en divisas a las pequeñas y medianas empresas (Mipymes) con las que el régimen pretende transitar de su vieja política de racionamiento al capitalismo de mercado.
No por gusto aclaró Cabrera Martínez que la Cadena Cubana del Pan continuará la venta de pan liberado, trabajando junto a las formas de gestión no estatal. Porque harina hay, pero para quienes puedan pagar los precios de IMSA o de los "mipymeros" que importan y revenden, un sector económico impulsado entre fieles y familiares de dirigentes del régimen.
Indignación en redes sociales
La celebración del festival gastronómico Varadero Gourmet produjo en redes sociales una avalancha de críticas al gobernante Miguel Díaz-Canel, reprochándole el dispendio en un evento de escaparate al turismo mientras en muchas casas la gente no tiene qué poner a la mesa.
El Varadero Gourmet, que se celebra en el famoso balneario matancero, está dedicado a temas tan lejanos del cubano de a pie como la alta cocina, la cocina artística o los saberes de la cocina alternativa. Entre sus "atracciones", el evento celebró competencias de cocina, gastronomía y coctelería.
Mientras tanto, en Cuba se ha vuelto viral compartir fotografías en redes sociales mostrando el tamaño del pan que el régimen de la llamada "continuidad" tuvo a bien reglar para enmascarar el camino de hambruna y desnutrición que empiezan a recorrer los cubanos de a pie, tal y como demostró el VII Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba 2024 elaborado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, en el que resaltó que “7 de cada 10 cubanos han dejado de desayunar, almorzar o comer, debido a la falta de dinero o la escasez de alimentos”.