Con lágrimas de emoción en los ojos, la icónica velocista cubana Omara Durand oficializó su retiro del deporte activo, marcando el final de una extraordinaria carrera en los Juegos Paralímpicos.
Considerada la mejor corredora discapacitada de la historia, Durand expresó su gratitud por los años de éxito, el apoyo del pueblo de la isla y afirmó sentirse lista para afrontar una etapa diferente de su vida. "Vamos a emprender otros caminos", dijo la 11 veces monarca bajo los cinco aros mientras era acompañada por su guía y amigo, Yunior Kindelán, luego de la última premiación de ambos.
Un adiós lleno de emociones y planes futuros
En entrevista al periodista oficialista Guillermo Rodríguez, de la emisora Radio Rebelde, la sprinter, ganadora de tres medallas de oro en París 2024 (100, 200 y 400 metros planos de la categoría T12), repitió que es el momento adecuado para cerrar este capítulo. Yunior, por su parte, confesó que extrañará mucho a la campeona. "Empezamos siendo los mejores y terminamos siendo los mejores", aseguró, destacando el legado imborrable que deja la santiaguera.
De acuerdo con la periodista Leticia Martínez en la red social Facebook, Durand también compartió algunos de sus planes: anhela tener otro hijo, quiere operarse de la vista -padece de una catarata congénita, que puede tener solución- y desea estudiar.
Se despide así una leyenda del movimiento para atletas discapacitados, dueña de los récords mundiales en las distancias citadas y multicampeona en lides mundiales y panamericanas.
París 2024 quedará en la memoria de los cubanos como la justa que despidió a dos de sus mayores atletas de siempre: el luchador Mijaín López y la paratleta Omara Durand, íconos del deporte universal.