El régimen cubano ha fallado una vez más en sus promesas de un verano sin apagones o con afectaciones mínimas. A pesar del malestar generalizado entre la población con la Unión Eléctrica (UNE), no se ha producido una ola de protestas por este motivo en la Isla.
En julio y agosto, los cortes de electricidad fueron casi diarios, y en muchas ocasiones prolongados o frecuentes a lo largo del día. Sin embargo, apenas se escuchó un cacerolazo a finales de agosto en La Habana.
¿Qué pasó con la supuesta estrategia de la CIA?
“¿Qué sucedió con la estrategia de la CIA para ‘calentar’ las calles durante el verano?”, se preguntan muchos que recuerdan la alarmante revelación hecha a mediados de abril por el Ministerio del Interior (MININT), afirmando que el gobierno de Estados Unidos tenía un plan para incitar al desorden público durante los meses de verano.
Haciendo uso de la red social X, el organismo represor del régimen cubano dijo que “Estados Unidos pone en marcha nuevas tentativas para 'calentar' las calles durante el verano, aprovechando la compleja situación que vive el país, según los más recientes intereses de sus agencias de inteligencia para generar ataques contra Cuba, en lo que denominan Operación 11.7.24”.
Sin embargo, el verano transcurrió entre la indignación y la resignación de muchos cubanos, pero sin protestas ni manifestaciones en las calles. Washington tiene el "objetivo de generar sabotajes y reforzar la ofensiva comunicacional desestabilizadora", dijo el MININT, asegurando que para ello incluso habían triplicado su presupuesto. Pero la estrategia de los represores se impuso y el “aviso” del MININT sirvió para reforzar en la memoria de los ciudadanos el precio de la protesta en Cuba.
Un verano de promesas incumplidas
De enero a junio, el régimen justificó los apagones con la excusa de acometer reparaciones y mantenimientos en las termoeléctricas del país para evitar o minimizar los apagones en los meses de más calor. Pero julio y agosto fueron agónicos para los clientes de la empresa estatal.
Este lunes se inicia un nuevo curso escolar en Cuba y el régimen avisa que “se estima una disponibilidad de 2,600 MW y una demanda máxima de 2,950 MW, para un déficit de 350 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de 420 MW en este horario”.
Además, “se encuentran fuera [de servicio] por avería la unidad 6 de la CTE Mariel, la unidad 4 de la CTE Carlos M. de Céspedes, la unidad 2 de la CTE Felton y las unidades 3 y 5 de la CTE Rente”.
Llueve sobre mojado. Comienza el tercio final de 2024 y los apagones en Cuba se han convertido en parte fundamental del racionamiento del régimen. No hay aceite y café en septiembre, pero sí apagones.
La “estrategia” del gobernante Miguel Díaz-Canel fracasó, pero su gobierno trasladó a todos los trabajadores de la UNE “el reconocimiento de la máxima dirección del país y la confianza que el pueblo ha depositado en ellos”.
El “vaticinio” del MININT también fracasó, pero en Palacio se felicitan por ello, sabiendo que el “terrorismo de Estado” sigue siendo el único catao que el régimen no desconecta, y que el miedo inducido a gran escala es la única fórmula que le queda para perpetuarse en el poder.