El Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (MINREX) rechazó este lunes las acusaciones sobre una supuesta interferencia desde La Habana en los comicios electorales que se desarrollan en Florida este año. A través de un comunicado, el MINREX calificó este acto como “acusaciones infundadas” y rechazó “en los términos más categóricos la acusación”.
Asimismo, señalan que la publicación aparecida en el Miami Herald está basada en “fuentes anónimas de inteligencia, práctica habitual a la que acostumbran esa organización periodística y sus redactores cuando la mentira es la base del reportaje”.
“No puede el gobierno de Estados Unidos citar evidencia o indicio alguno, porque no existen, de que Cuba haya interferido o se haya propuesto interferir en sus procesos electorales, o que esté favoreciendo a político alguno del estado de Florida o de otro estado de ese país. Cualquier referencia al respecto es absolutamente mendaz”, afirman.
Una práctica habitual de Estados Unidos
La Cancillería de la isla aprovechó para sostener que esta es “una práctica tan ilegítima como inaceptable que desde hace tanto acompaña a la política exterior estadounidense”.
El reportaje al que se refiere el comunicado señala esfuerzos del gobierno cubano para interferir en las elecciones regionales que se llevarán en Florida en noviembre, a la par de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Además de elegirse varios cargos locales, también serán votados representantes del estado para el Congreso y el Senado federales, por lo que las informaciones indican que desde La Habana quieren “atacar” a candidatos hostiles al régimen.
Citando a un funcionario de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, McClatchy, el Miami Herald aseguró que los planes de Cuba ya estaban en marcha.
En diciembre de 2023, los servicios de Inteligencia de Estados Unidos concluyeron que el gobierno cubano llevó a cabo operaciones de influencia en ese país “destinadas a denigrar a candidatos estadounidenses específicos en Florida”, durante las elecciones de 2022.
"Evaluamos que Cuba intentó socavar las perspectivas electorales de políticos específicos del Congreso y gobernadores de Estados Unidos que consideraba hostiles", dice el informe.
Este documento anota la existencia de una red de cuentas de redes sociales "casi con certeza de manera encubierta vinculada” a Cuba que publicaba “contenido despectivo amplificado” sobre políticos estadounidenses considerados hostiles al Estado cubano.