Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, manifestaron su preocupación por la falta de transparencia en las recientes elecciones presidenciales en Venezuela. Ambos líderes urgieron al gobierno venezolano a publicar datos desglosados y verificables de las elecciones para restablecer la credibilidad del proceso.
Diálogo pacífico como solución
Durante dos días de conversaciones telefónicas, los mandatarios discutieron la situación en Venezuela y concluyeron que la normalización política del país solo se puede lograr a través del diálogo pacífico y el reconocimiento de la diversidad democrática. Ambos líderes se ofrecieron, junto con México, como mediadores de la crisis venezolana, pero no han expresado reconocimiento a Nicolás Maduro como presidente electo a pesar de que ya el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) lo ratificó como ganador de los comicios sin presentar pruebas.
Lula Da Silva y Petro hicieron un llamado a todas las partes involucradas para evitar actos de violencia y represión. El mexicano Andrés Manuel López Obrador se desmarcó de estos dos países hace algunos días y dijo que esperaría al fallo del TSJ para tomar una postura sobre el tema.
Compromisos y sanciones
Como países vecinos y directamente afectados por la inestabilidad en Venezuela, Brasil y Colombia se mantienen como mediadores activos y reiteran su disposición para facilitar el entendimiento entre las partes en conflicto. Además, recordaron los compromisos adquiridos en los Acuerdos de Barbados, los cuales subrayan la necesidad de transparencia y diálogo entre el chavismo y la oposición.
Ambos países también expresaron su oposición a la continuación de las sanciones unilaterales, las cuales, según ellos, contravienen el derecho internacional y afectan principalmente a las poblaciones vulnerables de los países sancionados.
Este pronunciamiento se produce en un momento crítico, donde la presión internacional sobre Venezuela ha aumentado debido a dudas sobre la integridad del proceso electoral. Brasil y Colombia no se unieron a la declaración regional que incluye a EE. UU. y otros once países, que exigen la publicación inmediata de las actas debido a sospechas de fraude masivo en las elecciones.