María Branyas, una española nacida en Estados Unidos y reconocida como la persona más anciana del mundo, ha muerto a los 117 años, según informó su familia este martes.
"María Branyas nos ha dejado. Se ha ido como ella quería: mientras dormía, tranquila y sin dolor", escribieron en un mensaje en la cuenta de Branyas en la red social X, donde su yerno documentaba las reflexiones de la anciana y su día a día.
Branyas se convirtió en la persona más longeva del mundo en enero de 2023, tras el fallecimiento de la monja francesa Lucile Randon, quien murió a los 118 años.
Nacida el 4 de marzo de 1907 en la ciudad de San Francisco, California, pero de padres catalanes, Branyas se trasladó a Cataluña a temprana edad, donde vivió la mayor parte de su larga vida. A pesar de su avanzada edad, su lucidez y buen estado de salud sorprendieron a expertos y familiares por igual, hasta que en los últimos meses comenzó a mostrar signos de debilidad.
Una vida de superación y resistencia
Su historia es testimonio de una vida marcada por una notable capacidad de superación. Durante su juventud, Branyas sufrió la pérdida de su padre en el viaje de regreso a Cataluña, luego de que él contrajera tuberculosis en el barco que los traía de vuelta a Europa. Ese hecho, junto con la afectación de su capacidad auditiva y la experiencia del exilio durante la Guerra Civil Española, marcaron su vida, pero no le impidieron alcanzar una edad longeva y conservar un espíritu optimista y afable.
Branyas se casó en 1931 con el traumatólogo Joan Moret, con quien tuvo tres hijos, a los que luego se sumaron 11 nietos y 11 bisnietos. Su vida fue objeto de estudios científicos, incluidos los realizados por el doctor Manel Esteller, quien investigó su ADN para entender los secretos de su longevidad. Según Esteller, factores como un buen genoma, una dieta mediterránea rica en yogur y una vida social activa contribuyeron a su extraordinaria resistencia al envejecimiento y a enfermedades comunes en otras personas de su edad.
A lo largo de su vida, Branyas se mantuvo atenta a los acontecimientos históricos y políticos, aunque en sus últimos años, tras perder la audición y la vista, comenzó a distanciarse de estos temas. Aun así, compartía con su familia y seguidores en redes sociales sus reflexiones sobre la vida y la muerte. En uno de sus últimos mensajes expresó: "Un día que desconozco, pero que está muy cerca, este largo viaje habrá terminado. La muerte me encontrará gastada de haber vivido tanto, pero quiero que me encuentre sonriendo, libre y satisfecha".
María Branyas también fue una de las personas más longevas en superar la COVID-19. Venció la enfermedad en 2020 cuando tenía 113 años. Con su partida, el título de la persona más longeva del mundo pasa ahora a la japonesa Tomiko Itooka, nacida el 23 de mayo de 1908. La siguiente persona más anciana nombrada por el Gerontology Research Group es el japonés Tomiko Itooka, que tiene 116 años.