La mortalidad masiva de la especie Acropora palmata, crucial para la formación de arrecifes de coral, ha sido confirmada en el Parque Nacional Desembarco del Granma. El Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), con sede en Santiago de Cuba, anunció en Facebook que sus especialistas, junto con técnicos de la zona, han documentado este trágico evento durante un reciente monitoreo.
Jorge Antonio Tamayo Fonseca, de Bioeco, informó que en varias inmersiones realizadas en el área se constató que el 99% de las colonias de Acropora palmata presentaban mortalidad antigua, probablemente como resultado del reciente evento de blanqueamiento de corales ocurrido en 2023. Este fenómeno, exacerbado por el aumento de la temperatura del agua, la contaminación y otros factores ambientales, ha tenido un impacto devastador en la salud de los corales.
Impacto devastador en la biodiversidad marina
Durante el monitoreo, que abarcó un recorrido de 7,5 kilómetros, 3,5 de los cuales fueron en el exterior de la Cresta Arrecifal en la zona de Cabo Cruz, se establecieron 14 estaciones de estudio, cada una separada por 250 metros. Cinco personas participaron en la ejecución del protocolo, filmando videos en cada estación para recopilar datos cruciales sobre la salud de los corales.
Tamayo subrayó que los corales son extremadamente sensibles a cambios en la temperatura del agua, la calidad, y el aumento de la acidez, entre otros factores estresantes. Cuando los corales se encuentran bajo estrés, pueden expulsar a las zooxantelas, organismos que les proporcionan su color y la mayor parte de sus nutrientes. Sin estos, los corales sufren un proceso conocido como blanqueamiento, que puede llevar a su muerte.
Bioeco, a través del grupo Biomar, sigue comprometido con la investigación y el monitoreo de los ecosistemas marinos, participando en numerosos proyectos nacionales e internacionales. En 2023, científicos cubanos eliminaron la primera aparición en el país de la Unomia stolonifera, una especie de coral blanco invasora, que se descubrió en septiembre de 2022 en la ensenada de Bacuranao, en el este de La Habana.
La especie, que debe haber llegado a Cuba desde Venezuela, según presumen los científicos, solo estaba confinada a un metro cuadrado de la pared del cangilón, a 11 metros de profundidad, fijada sobre una capa de alga roja calcárea incrustante, de acuerdo con un estudio científico citado por la Red Cubana de la Ciencia (Redcien).
Sin embargo, el estudio y conservación de los corales ha sido una gran preocupación para el régimen, aunque ha reconocido que dispone de pocos recursos para realizar esa actividad científica. En 2022, investigadores del Parque Nacional Guanahacabibes y el Acuario Nacional de Cuba aplican técnicas de reproducción de corales en esa península de Pinar del Río, para garantizar la protección de dos especies declaradas en peligro de extinción a causa de la acción del hombre y los fenómenos naturales.
Se trata de un procedimiento novedoso de fertilización asistida de las especies Acropora palmata (conocida como cuerno de alce) y de Acropora cervicornis (cuyo nombre común es cuerno de ciervo), declaradas en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, declararon a Granma especialistas que participan en el monitoreo e investigación científica de los corales.