La doctora cubana María Martínez ha compartido en su canal de YouTube cómo es su vida después de más de diez años trabajando en el sistema de Salud Pública de Cuba. "Mi casa es el fruto de todos los años de trabajo de mis padres que ya están jubilados y el mío como profesional de la salud durante 11 años en Salud Pública. Espero que les guste", expresó.
A pesar de su especialización en Endocrinología y de trabajar en dos hospitales importantes en Santiago de Cuba, María no ha podido adquirir una casa propia y sigue viviendo con sus padres. No tiene recursos suficientes para independizarse.
Esta médico cubana es residente de endocrinología en el Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas Alfonso y labora en el Hospital Infantil Norte Juan De La Cruz Martínez Maceira.
Una vida de sacrificios y limitaciones
En su video, María hace un recorrido por la vivienda. Está situada en un "pasaje" o "cuartería", algo común en zonas humildes de Cuba. La doctora muestra con orgullo la modesta casa que ha sido mejorada con mucho esfuerzo y sacrificio por su familia.
"Quiero contarles que no ha sido nada fácil lograr las pocas condiciones que tengo actualmente, ya que cada una de las cosas que hemos logrado mis padres y yo ha sido con mucho sacrificio", comenta María en su video.
La vida de los médicos en Cuba ha cambiado drásticamente en los últimos años. Lo que alguna vez fue una profesión admirada y bien remunerada, ahora está marcada por salarios insuficientes, escasez de recursos para trabajar y faltas de respeto por parte de enfermos y familiares, sobre todo en las zonas de urgencia hospitalaria.
A pesar de las supuestas "mejoras salariales" introducidas por el Estado, muchos médicos perciben estos incrementos como insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.
El salario de un médico cubano varía según su nivel de especialización, pero incluso los mejor calificados apenas alcanzan los 7,500 pesos mensuales, lo que equivale a unos 20 dólares al mes, comprando la divisa en el mercado informal.
Esto refleja la cruda realidad que enfrentan los profesionales de la salud en la isla, quienes, a pesar de su dedicación y años de servicio, luchan por mantener una vida digna.
La historia de María Martínez es un testimonio de las dificultades que enfrentan los médicos cubanos en medio de una crisis económica profunda, aunque ella evite decirlo e insista en que vive "rodeada de mucho amor".