El pentacampeón olímpico de lucha grecorromana, el cubano Mijaín López, rindió tributo a la memoria del dictador Fidel Castro junto a dirigentes, vecinos, familiares y amistades que participaron en un acto organizado por las autoridades del régimen en su barrio.
Hasta allí se desplazó un equipo del Noticiero de la Televisión Cubana (NTV) para reportar “el homenaje que nuestro pueblo continúa realizando a nuestros atletas olímpicos, en esta memorable fecha del 13 de agosto, aniversario del natalicio del líder histórico de la Revolución cubana”.
“Tenemos que seguir demostrándole al mundo que tenemos continuidad, seguir demostrándole al mundo que tenemos que rectificar, estudiar, sacrificarnos y hacer cosas grandes para el futuro, para los jóvenes que nos siguen”, declaró el luchador al que la dictadura regaló un Mercedes Benz en 2020.
El deporte revolucionario: propaganda y control
Mijaín López, convertido en nuevo paladín del llamado “deporte revolucionario”, no deja de aparecer en los medios oficialistas cubanos que, alborozados, celebran al campeón gracias al cual Cuba ocupó titulares en las recién concluidas olimpiadas.
Su imagen ha vuelto a ser manoseada por la propaganda de un régimen totalitario que emplea la violencia contra los que disienten o reclaman derechos y libertades, apelando a su corpulencia como símbolo de la fortaleza de la dictadura.
El atleta, que se ha prestado en múltiples ocasiones para este rejuego con el poder dictatorial, llegando incluso a agredir físicamente a un activista durante los pasados Juegos Panamericanos en Chile, apareció este martes con una camiseta estampada con la firma de Fidel Castro.
“Creo que no hay deportista grande en la vida y capaz de tener tantos capítulos en la historia sin una familia. La familia te da la esencia, te da la sabiduría. Creo que es algo histórico haber logrado cinco medallas de oro y ser cubano, representando al pueblo de Cuba, un país tan chiquito pero grande de corazón… Creo que me siento halagado por mi gente”, declaró Mijaín junto al secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento y las máximas autoridades de La Habana.
El deportista y diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular aprovechó el "espontáneo" agasajo para intercalar en sus declaraciones una consigna de apoyo al régimen cubano y al líder de la llamada "continuidad", el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Durante las olimpiadas, este llamó por teléfono al atleta en vísperas de disputar el combate por el oro. Mijaín le agradeció la llamada y le dijo: "Esté seguro de que mañana ese título será de Cuba".
“No exagero cuando digo que #MijaínEsCuba: el pueblo de raíz africana y europea que no se rinde, que no se vende, que cree en sí mismo y en su estirpe. Lo más importante de la olimpiada, sin chovinismo cubano. Es una hazaña única. ¡Qué admiración! ¡Qué feliz estoy!”, escribió el continuista Díaz-Canel minutos después de su quinta victoria.