En la ciudad de Matanzas aumenta considerablemente el número de vehículos artesanales conocidos como "riquimbilis", en medio de una aguda crisis del transporte. Estos inventos, nacidos de la necesidad y la escasez, son el resultado del ingenio cubano para enfrentar la falta de combustible y la deficiencia del transporte público estatal, un problema que ha persistido durante las seis décadas del régimen.
Los riquimbilis son ensamblados con partes de autos viejos, motocicletas y planchas de hierro y zinc. Radio 26 señaló que en la actualidad esos vehículos recorren la ciudad de punta a cabo, conectando puntos neurálgicos como el puente Canímar y el Hospital Faustino Pérez.
Estos vehículos representan una solución inmediata para la transportación, pero el precio del servicio es elevado. Un trayecto completo puede llegar a costar hasta 200 pesos, algo inaccesible para muchos matanceros que dependen de estos medios diariamente.
Los riquimbilis son el reflejo de la resiliencia y la creatividad de los cubanos, pero también una muestra palpable del colapso del sistema de transporte público. Por ahora, son la única alternativa eficaz para quienes necesitan llegar a sus trabajos o regresar a casa tras una jornada laboral.
Un problema que se agrava con el tiempo
La falta de rutas de ómnibus, un problema arrastrado desde hace años y agravado por la pandemia de la COVID-19, ha obligado a los ciudadanos a buscar soluciones por su cuenta.
A pesar de su utilidad, desde 2021 el gobierno comenzó a impulsar un grupo de medidas para regular estos vehículos, atendiendo a que muchos no cumplen con los requisitos de seguridad para el transporte de pasajeros.
En febrero de 2024, se lanzó el segundo censo para legalizar los "Vehículos Armados por Partes", con la promesa de que será el último. Sin embargo, la prohibición de construir nuevos vehículos genera incertidumbre sobre el futuro de esta solución a la crisis del transporte.
La marca "Riquimbili", nació del ingenio, pero también de la desesperación frente a un sistema que no logra satisfacer las necesidades más básicas de la población.