En vísperas de disputar su quinto oro olímpico, el luchador cubano Mijaín López sostuvo una conversación telefónica con el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, al que le aseguró que revalidará el título en los Juegos Olímpicos de París 2024. “Gracias por su llamada. Esté seguro de que mañana ese título será de Cuba”, dijo Mijaín al gobernante designado por el general Raúl Castro y líder de una “continuidad” que también utiliza el deporte como herramienta propagandística.
Tras vencer este lunes al azerbaiyano Sabah Shariati (4-1) para asegurar un puesto en la gran final de los 130 kilogramos en el estilo grecorromano, el “Gigante de Herradura” ofreció unas declaraciones a la prensa en las que saludó a la afición cubana y les aseguró “que lo prometido es deuda”.
Campeón de los juegos de Beijing 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, a sus 41 años de edad, Mijaín se enfrentará este martes con su compatriota Yasmani Acosta, de 36 años, quien compite con los colores de Chile.
“Siempre he cumplido mi palabra con el pueblo de Cuba. Contento de darle este alegrón al pueblo. Sé que todo el mundo está fanatizado delante de los televisores, admirando al hijo de la patria, Mijaín López”, dijo el tetracampeón olímpico.
Con una sola medalla de bronce asegurada (la del pugilista Arlén López, quien no pudo coronarse por tercera vez en unas olimpiadas), Cuba se encuentra actualmente en el puesto número 66 del medallero olímpico, flanqueada por Cabo Verde y Egipto. La sequía de títulos, una de las más acuciadas de su historia olímpica, ha movilizado a la maquinaria propagandística de Palacio, que ha desplegado una batería de apoyo al veterano luchador en redes sociales.
Apoyo masivo al "Gigante de Herradura"
Desde la no primera dama, Lis Cuesta Peraza, hasta el coordinador nacional de los CDR, Gerardo Hernández Nordelo, dirigentes y prensa oficialista se han volcado a expresar sus ánimos para Mijaín, un luchador que encarna la quintaesencia del llamado “deporte revolucionario”.
Además de campeón en su especialidad, Mijaín ha sido abanderado de la delegación olímpica en anteriores citas, un honor que no repitió en estas olimpiadas por “razones deportivas”. Su lugar lo ocupó el pugilista Julio César La Cruz, más conocido por su sobrenombre de La Sombra, y por su probada fidelidad al régimen cubano, manifestada con gritos de “patria y Muerte” sobre el cuadrilátero.
No menos ferviente en sus inclinaciones ideológicas se muestra Mijaín, que este martes tendrá ante sí a un rival que fue compañero suyo en el equipo Cuba hasta que decidió no regresar a la Isla y construir una exitosa carrera como atleta en Chile.