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Gerardo Hernández presume su vida de lujos mientras apoya desde lejos a Mijaín López

lunes, 5 de agosto de 2024 por Roberto Menéndez

Gerardo Hernández presume su vida de lujos mientras apoya desde lejos a Mijaín López
Marcelino y Gerardo Hernández Nordelo - Imagen de © Facebook / Gerardo de Los Cinco

Es mediodía de lunes en Cuba y, en el barrio de La Güinera, lugar de masivas protestas durante el 11 de julio de 2021 (11J) y donde murió el único manifestante de aquella histórica jornada, hay un chivatón bebiéndose una botella de Havana Club a la salud de su compatriota, Mijaín López, quintaesencia del llamado “deporte revolucionario”.

No se conocen sus apellidos, pero el indiscreto espía fracasado y coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Gerardo Hernández Nordelo, nos ha desvelado su nombre y su rostro. Se llama Marcelino y “tiene guardado un 'rifle' para disfrutar el combate” de esa gloria del deporte y la propaganda del decrépito régimen totalitario.

“Mi hermano Marcelino, en La Güinera, tiene guardado este 'rifle' para disfrutar el combate de Mijaín López. (No digo que para cuando Mijaín gane, porque ya él ganó)”, dijo en sus redes sociales el narcisista Hernández Nordelo, compartiendo una foto suya con su "hermano" Marcelino, chivatón de barrio obrero, y otra con su ídolo Mijaín, comecandela olímpico.

Celebración en La Güinera

A esta hora, después de las dos victorias del cuatro veces campeón olímpico en lucha grecorromana y su avance a semifinales en París 2024 tras derrotar al actual campeón mundial, el iraní Amin Mirzazadeh, el “hermano” de Hernández Nordelo debe estar eufórico y con su botella de Havana Club medio vacía.

En su calle de La Güinera habrán escuchado los vítores propios de los de su calaña: ¡vivacuba, quépingú y vivafidel! El pobre Marcelino habrá dejado un fondillo de Havana Club, el de la vergüenza, para llamar beodo a su hermanito Gerardito y celebrar la victoria. “¿Víte, Geraldito, chama? ¡Tremendo mostro Mijaín! Por aquí todo tranquilo, túsae, bajo control. ¡Oe, se me acabó el 'rifle' y edtoy seco pa’ la pelea polel olo!”.

Y Hernández Nordelo, que está en modo olímpico, se pone su camiseta Adidas, sus zapatillas Nike y su mono Puma y sale corriendo para La Güinera a llevarle otro “rifle” a ese patriota y hermano suyo, digno aficionado a todos los team aseres de la “continuidad”, y vigilante de las “conquistas revolucionarias” en los barrios humildes.

No se olvida el olímpico Gerardo de ponerse su Rolex, coger dos puros sin vitola, de esos que les trae el chofer de San Marino (Murillo), llegar en ten flats hasta la casa de Marcelino y encontrarlo sin camisa en la calle, dando confusos vivas y desorientado, gritando “Mijaín me toca la pin” y consignas parecidas.