Una familia que sufrió el robo de su moto en La Habana tuvo que realizar la búsqueda e ir al lugar donde la tenían los ladrones sin ayuda alguna por parte de la Policía.
Henry González Armentero, miembro del grupo de Facebook "Murasaki POWER", publicó la historia para alertar a otros motoristas de lo que está sucediendo, en medio de la ola de asaltos a motoristas que se ha desatado en el país.
Según contó Henry, la moto es de su hermana y la maneja un amigo de la familia. El pasado 15 de julio un hombre lo alquiló y durante el viaje llegaron a una zona donde había sujeto escondido. Entre los dos golpearon al conductor, lo amenazaron con un arma blanca y le quitaron la moto. Pero los maleantes no contaban con que la moto tenía GPS.
Recuperación sin respaldo policial
"Mi hermana fue a la unidad de la PNR de Altahabana y en ese lugar para qué decir, más peloteo que otra cosa, aún diciéndole dónde estaba la moto. Tanto dio que mi hermana con varios amigos se dirigieron por sus medios hacia el lugar donde ya yo me encontraba. La moto se encontraba en lo último de la Güinera, cerca del taller Los Durísimos", detalló.
"De más está decir el riesgo de ir sin respaldo de las autoridades. Pero bueno, al final y después de ir dispuestos a todo, logramos recuperar la moto metiendo el pecho", señaló.
Henry contó que el dueño de la casa les dijo que un familiar había dejado la moto. Finalmente acudió la Policía y se llevó detenidos al propietario de la vivienda y al supuesto familiar que había llevado el vehículo allí.
"Pero lo más bonito del caso, que después que nos dejaron solos y recuperamos la moto por nuestra cuenta, hoy me entero que estos dos ciudadanos ¡están en libertad! ¡Sí, como lo leen! En libertad", afirmó el denunciante indignado.
"¿Cómo es posible que personas involucradas en robos de motos estén sueltos, cuando en este tipo de delitos ha habido hasta fallecidos? ¿Dónde están las leyes de este país? Solo les pido que como motoristas compartan esta publicación, pues hoy somos nosotros, pero mañana este tipo de gente que quiere vivir de flay puede desgraciarle la vida a cualquiera. Compartan para que llegue a las personas correctas y alguien se digna al menos una vez a hacer lo correcto", concluyó.