La historia de la voleibolista cubana Melissa Vargas es digna de una película 🎬. En tan solo seis años, pasó de ser sancionada por la Federación Deportiva de Cuba a ser elegida la mejor jugadora del mundo en 2023.
Desde 2018, Melissa reside y juega en Turquía, un país que ahora cuenta con ella para llevarse una medalla en la cita de París 2024. La cienfueguera de 24 años tuvo un estupendo 2023, destacándose con los triunfos del club Tianjin en la Superliga China y del Fenerbahçe en la Liga de Turquía. Además, fue medalla de oro y premio MVP en la Liga de Naciones, y repitió idénticos resultados en el Campeonato de Europa, en ambos casos con Turquía.
Una cubana que hace historia en Turquía
Ahora, la selección nacional turca, que asiste por tercera vez a unos Juegos Olímpicos, confía en que Melissa pueda finalmente llevarlas al podio 🏅. Vargas fue convocada por primera vez para formar parte del equipo el año pasado, una decisión muy esperada desde que obtuviera la ciudadanía turca en 2021.
A partir de su incorporación, las llamadas "Sultanas de la Red" comenzaron a mejorar su nivel de juego, especialmente en la ofensiva. Melissa ha estado jugando en clubes turcos desde 2018, tras ser sancionada por la Federación Cubana de Voleibol, que le impuso cuatro años sin poder competir por firmar con el club suizo Volero a espaldas de las autoridades cubanas.
Un camino lleno de obstáculos
Esta no fue su primera sanción. En 2016, Melissa fue castigada tras sufrir una lesión en un hombro, que la obligó a pasar por el quirófano. Sus padres no estuvieron de acuerdo con la recuperación propuesta por la Federación en la Escuela Nacional de Voleibol y la llevaron de vuelta a Cienfuegos. Entonces, las autoridades deportivas la degradaron de categoría, impidiéndole competir en torneos internacionales.
Un año antes, Vargas había recibido el permiso para jugar con el equipo de la República Checa, VK Prostejov, con apenas 15 años. En 2014, fue elegida como la jugadora más destacada de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Melissa debutó en el equipo Cuba con solo 13 años, en 2013.
La travesía de Melissa Vargas es una muestra de cómo el talento y la perseverancia pueden superar cualquier obstáculo. ¡Bravo, Melissa! 👏