Un joven cubano, de 34 años pero con una edad mental de 12-13, permanece detenido en el municipio de Minas (Camagüey) desde el 18 de julio, a la espera de que el fiscal se pronuncie sobre su caso. Esto ocurre a pesar de que en su historial médico consta que sufre esquizofrenia paranoide y retraso mental de nacimiento.
En un brote psicótico, agredió a su pareja, quien lo denunció. Sin embargo, ella ha retirado la denuncia al entender que no tiene enfrente a un maltratador sino a un enfermo mental. Aun así, él permanece arrestado pese a que los propios oficiales que llevan su caso son conscientes de que su lugar no es un calabozo sino un hospital psiquiátrico.
El drama de la madre
Su madre, residente en Alemania, se culpa de la evolución de la enfermedad de su hijo y lo achaca a la sensación de pérdida que sufrió cuando ella emigró de Cuba hace 30 años. Pero no dejó a sus hijos detrás. Tiene tres. La mayor vive con ella en Alemania y el gemelo del que está detenido en Camagüey reside en Estados Unidos.
También a él lo sacó de Cuba y estuvo un tiempo en España, cuando su hermana vivía en este país. Durante ese tiempo (unos ocho meses), mejoró mucho de su enfermedad, pero se enamoró por Facebook de una muchacha que vivía en Cuba y regresó a la Isla. Esto fue un error debido a que había entrado en Europa con una carta de invitación y se quedó más tiempo del permitido, por lo que ahora tiene cerradas las puertas de toda la Unión Europea durante diez años.
"Hay que estar bien loco para regresar a vivir a Cuba, pero él lo hizo por una mujer", dice la madre que no quiere regresar a Cuba por temor a que su activismo político la lleve a prisión. Y eso lo habló con él antes de que regresara a la Isla. "Él sabía que prácticamente se estaba despidiendo de mí porque yo no voy a ir".
Un sistema de salud colapsado
En Cuba, la salud del joven empeoró. La madre ha responsabilizado en algún momento a la pareja de su hijo de aprovecharse de su discapacidad intelectual y de luego romper con él provocándole crisis. Pero ella ahora retira la denuncia al entender que tiene delante una persona inestable, que no controla sus impulsos, con tendencia al suicidio, y que necesita, con urgencia, tratamiento psiquiátrico.
El caso es que pasan los días y el joven con una enfermedad mental diagnosticada está siendo tratado como un delincuente, en lugar de optar por un ingreso urgente en un hospital. Su discapacidad es de nacimiento ya que al ser un parto gemelar, estuvo intubado, muy grave, y los médicos ya le advirtieron en ese momento que tendría secuelas. Y así ha sido. Sufre de problemas respiratorios y de lo que en Cuba llaman "retraso mental" y que en Europa se denomina "discapacidad intelectual".
El diagnóstico de esquizofrenia paranoide se lo hicieron hace siete años en el Hospital Psiquiátrico de Camagüey y así se lo ha comentado la madre a una oficial con la que mantiene comunicación en Minas. Esta oficial le aseguró que había probabilidades de que lo dejaran en libertad debido a su condición de discapacidad. Por eso ella no entiende por qué, si saben que está mal, lo mantienen detenido.
La madre cree que sigue en el calabozo debido a la escasez de medicamentos para el tratamiento de las enfermedades mentales que vive Cuba. De hecho, hace poco, personal del hospital psiquiátrico de Placetas denunciaban que la falta de medicamentos tiene a los pacientes alterados y con deficiencias en los cuidados debido a la emigración masiva de gran parte del personal médico que los cuidaba.