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Díaz-Canel y su defensa de la "unanimidad" en el parlamento: ¿Democracia o dictadura?

sábado, 20 de julio de 2024 por Marta Morales

El gobernante Miguel Díaz-Canel volvió a salir en defensa del sistema político cubano y de la aprobación de sus leyes por unanimidad en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), algo que consideró propio de una “rara dictadura” como la cubana, guiada y movida por los intereses del pueblo.

En el discurso de clausura del tercer período ordinario de sesiones de la X Legislatura de la ANPP, el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) justificó el procedimiento de ratificación de leyes del parlamento cubano, al que tantas veces se le ha criticado la “unanimidad” exhibida, sin oposición abierta ni votos en contra, propio de las farsas democráticas exhibidas por los regímenes totalitarios.

“La Asamblea Nacional, suma y síntesis del país que somos, vota unánimemente casi todos sus acuerdos. Eso provoca no pocas críticas de quienes desconocen que detrás de esa unanimidad se acumulan largas e intensas jornadas de trabajo, de debate y de búsqueda de consenso en función del interés colectivo”, dijo Díaz-Canel.

La "unanimidad" como reflejo del consenso

Acorde al gobernante designado por el general Raúl Castro, la unanimidad del voto de los parlamentarios cubanos esconde un arduo proceso de “debate y búsqueda de consenso” que supuestamente refleja la diversidad de opiniones de los ciudadanos y electores representados por los diputados de la ANPP. Sin embargo, Díaz-Canel no reparó en que esta diversidad de opiniones y visiones de país queda anulada al adoptarse las leyes por unanimidad.

“Creo que vale la pena decirlo. A Cuba no la dirige una persona, ni siquiera un pequeño grupo de personas. Esta es la rara dictadura que jamás podrán entender los enemigos de la revolución. La dictadura de los trabajadores. La dictadura del pueblo que representamos los aquí reunidos por elección popular”, afirmó el gobernante.

Aquellos que no consigan entender cómo funciona la “democracia” cubana (esa “rara dictadura”, según Díaz-Canel) pasan de inmediato a engrosar las filas de los llamados “enemigos de la revolución” y quedan descartados como sujetos de derechos políticos en el régimen cubano, que lleva más de 60 años aprobando leyes por Decreto o por votaciones unánimes de los diputados.

“Nos corresponde ahora cambiar lo que debe ser cambiado y avanzar en la ruta emprendida hace ya 65 años para emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos según el concepto de revolución que nos legó el comandante en jefe Fidel Castro Ruz”, reafirmó Díaz-Canel en su discurso.

Según el gobernante, en el tercer período ordinario de sesiones de la X Legislatura de la ANPP se han “discutido y acordado sobre diversos temas, todos muy sensibles para la nación cubana”, como el tope de precios impuesto a los “nuevos actores económicos”, la producción y distribución de alimentos y la corrección de otras distorsiones para reimpulsar la economía.

Críticas a las democracias occidentales

Además de la vaga e incoherente retórica propagandística del régimen, Díaz-Canel también tuvo palabras para criticar los sistemas políticos de las avanzadas democracias occidentales, a los que calificó de “mascaradas que se exhiben en las vitrinas del imperio”. Con su invectiva, el inquilino de Palacio descoció de un plumazo todo el apoyo y solidaridad manifestado por parlamentarios de esas mismas democracias, así como las iniciativas impulsadas desde sus escaños.

“Nunca aceptaremos como válida la mascarada democracia que se exhibe en las vitrinas del imperio, donde los candidatos son evaluados por la cantidad de dinero que se les da a los candidatos. Y donde los candidatos son los que logran recaudar y en lugar de proponer cambios reales a los grandes problemas de su país, cada cual trata de vencer a su adversario con descalificaciones e insultos”, sentenció.

Asimismo, se refirió al Congreso estadounidense como el lugar “donde legisladores honestos interesados en servir a sus comunidades están obligados a legislar al lado de auténticos bandidos, servidores de lobistas, de las armas y de otros negocios infames como esos que han sostenido durante décadas las políticas contra Cuba como si fuera un asunto de política interna”.

“Si algo nos honra como nación es la integración de esta Asamblea, el carácter genuinamente cubano de cada legislatura, donde no se pagan honorarios extras”, concluyó el gobernante arrancando el aplauso unánime del cónclave.