Cristóbal Paulino Fernández, el cubano señalado como líder de una célula delictiva transnacional dedicada a la trata de mujeres, fue detenido hace poco más de una semana en Colombia, y según la Interpol, llevaba una vida de lujos.
Al anunciar la detención del cubano, la Interpol señaló que este hombre residía en Colombia, donde “las autoridades descubrieron que el presunto cabecilla llevaba una vida ostentosa en una lujosa casa de campo y viajaba en vehículos blindados de alta gama con un equipo de seguridad”.
Los investigadores presumen que “su fortuna, estimada en más de 8,000 millones de pesos colombianos (cerca de un millón de euros), proviene directamente de la red de tráfico”.
Cristóbal fue detenido en Medellín, Colombia, mientras que su principal socio fue apresado en Yucatán, México, a principios de este mes “en un operativo coordinado entre las fiscalías especializadas, la policía investigadora y las Oficinas Centrales Nacionales de INTERPOL de México y Colombia”.
Desmantelamiento de la red criminal
La cuenta de la Policía Internacional en X compartió el momento en que le eran leídos los cargos al detenido. “Las autoridades de América han desmantelado con éxito una red criminal involucrada en la trata de mujeres colombianas a México, arrestando a sus líderes y salvaguardando a ocho víctimas”, escribieron en la descripción.
Según la Interpol, el interés por el grupo surgió por primera vez en junio de 2022. En esa fecha, varias víctimas en México lograron escapar y denunciar sus experiencias a las autoridades. El patrón de las mujeres que utilizaban era que provenían mayormente de entornos pobres de Cali, Medellín y Bogotá, y a las cuales “se les prometió empleo como camareras o azafatas en Cancún y Mérida”.
Para facilitar su entrada a México, las víctimas recibían cartas de invitación "oficiales", señala la Interpol. Ya en el país azteca, estas “eran recibidas por miembros del grupo criminal, quienes las llevaban a casas de seguridad y les confiscaban sus pasaportes. Luego las obligaban a firmar contratos que las obligaban a asumir deudas insostenibles, que serían saldadas realizando trabajo sexual en bares supuestamente propiedad del líder del grupo”, añaden.
Cristóbal era dueño de varios centros nocturnos en la ciudad de Mérida, Yucatán, como son los clubes "Candela", "Tropicana Angus" y "Bandidas", así como siete casas de citas, en donde “trabajaban” las mujeres. En pasadas semanas, la Fiscalía General de la República, en México, cateó y clausuró todos los lugares.
Actualmente continúan las investigaciones, tanto en México como en Colombia, “para identificar y confiscar activos financieros vinculados al grupo, y para detener a cualquier otro miembro que aún pueda estar en libertad”, continúan.
Además, comentan en su publicación que la investigación cuenta con el apoyo de INTERPOL a través del Proyecto Turquesa, una iniciativa conjunta con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y financiada por Asuntos Globales de Canadá.