Un hombre sorprendido mientras robaba en una iglesia católica en Diez de Octubre, La Habana, amenazó con matar a los sacerdotes que lo retuvieron. “Si yo tuviera un cuchillo los iba a matar a los dos”, advirtió varias veces el individuo en tono intimidatorio, luego de ser descubierto robando en la parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en Santos Suárez, el pasado 22 de junio, según mostró un amplio reportaje de la periodista Rachel Susana Diez, corresponsal para Cuba del canal católico de comunicación EWTN.
La reportera aseguró que el mismo hombre ha cometido al menos 12 robos, la mitad en iglesias católicas, “aunque nunca es atrapado y vuelve a intentarlo”. Diez señaló que la presencia del individuo y “el estado de alerta en las comunidades ante los robos han despertado la inquietud acerca de quién responde por el robo o el vandalismo hacia el patrimonio eclesial en Cuba”.
Falta de respuesta policial
Según el cómputo llevado por EWTN, se han registrado al menos 50 casos entre robos y vandalismo, en 34 parroquias, casas de comunidades religiosas e iglesias de varias regiones de Cuba, desde marzo de 2023 hasta la fecha. En su mayoría, las denuncias provienen de iglesias habaneras.
La parte del reportaje en la que el ladrón capturado amenaza a los sacerdotes fue publicada este domingo en Facebook por el joven católico y realizador Adrián Martínez Cádiz. Los curas llamaron a la policía y durante un largo tiempo impidieron que el sujeto se marchara, “hasta que no les quedó más remedio que dejarlo ir, pues la policía cubana nunca llegó al lugar”, refirió Martínez. “Ahora anda suelto gracias a la ineficacia o al llamativo desinterés de las autoridades de Cuba para detener a quienes atentan contra la Iglesia Católica en la isla”.
“No es la primera ocasión que se llama a las autoridades por problemas”, afirmó. “Al menos en cinco ocasiones más se ha solicitado asistencia policial por problemas con personas que intentan agredir a fieles en la parroquia y las autoridades nunca asisten al lugar”.
Indefensión de los templos católicos
El mismo día de los hechos, la corresponsal de EWTN hizo una extensa publicación en Facebook sobre los frecuentes robos y actos vandálicos contra las iglesias, a raíz de la captura del individuo el 22 de junio. “Esta tarde mi parroquia, la comunidad de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Santos Suárez en Diez de Octubre, sufrió un intento de robo que, afortunadamente, fue avistado y detenido a tiempo por nuestro párroco, quien interceptó al ladrón cuando este brincó la reja para acceder a los espacios del templo y la casa parroquial”, expuso.
“Al ser interrogado por sus motivaciones, el señor argumentó que lo hizo para buscar una pastilla”, relató Diez, y añadió: “No sé si compadecerme de un hombre que a todas luces insulta nuestra inteligencia, o pensar en el nivel de degradación al que hemos llegado como sociedad, que hace que un individuo se embarque en una empresa tan suicida”.
La joven dijo desconocer las razones que motivaron al sujeto a robar, al igual que los motivos “que impulsan a quienes han roto los vitrales y cristales de la Iglesia de San Antonio de Padua en Arroyo Naranjo, hecho denunciado hace unas horas por el P. Kenny Fernández” o “el móvil detrás de quienes han perpetrado, por más de un año, sucesivos hechos vandálicos en la Parroquia del Sagrado Corazón de Línea del Vedado, que acompaña el P. Lester Zayas”.
Asimismo, recordó la denuncia de la Iglesia de la Exaltación de la Santa Cruz en Baraguá, donde “han recibido 10 robos en lo que va de año; y más de 50 hacia la comunidad”.
La reportera brindó entonces sus servicios profesionales para documentar los constantes hechos delictivos que se cometen contra los templos católicos en el país. “Les anuncio por esta vía a los hermanos en la fe, que estaré recolectando todo el material posible para socializar las denuncias y exponer nuestro nivel de indefensión en tal asunto”, subrayó.
“Cuando alguien a plena luz del día es capaz de saltar una reja tan notoria como la que tiene mi comunidad, es porque ha entendido que hay unos límites de impunidad en los que puede actuar. Amén de sus necesidades”, sostuvo Diez. “También porque, como cubanos, bien entendemos esa máxima popular que dice que ‘quien va a robar, va dispuesto a todo’”.
“En el amor evangélico que nos une, sabemos además que robar es pecado. Y que la exposición prolongada a la deshonestidad tiene consecuencias graves en la configuración moral de cualquier sociedad. El silencio también nos vuelve cómplices”, sentenció la joven laica.