La prensa oficialista cubana ha destapado esta semana el caso de un importante robo de azúcar ocurrido en un central de Artemisa en octubre pasado. Sucedió en el complejo agroindustrial Harlem, del municipio Bahía Honda, donde 12 personas participaron en el robo de dos toneladas de azúcar que trasladaron en un camión ZIL 130 de la propia empresa.
Un plan bien orquestado
Según relata el periódico El Artemiseño, los ladrones sobornaron a dos custodios para hacerse de la vista gorda. Primero les ofrecieron 10,000 pesos para llevarse una tonelada; después, esa misma noche, les dieron otros 13,000 para apropiarse de la otra tonelada.
Tras ser detenidos, los miembros de la red fueron puestos en prisión provisional y acusados de los cargos de robo con fuerza en las cosas y de cohecho, por ofrecer el dinero. Los custodios no fueron encarcelados, pero fueron imputados por el delito de cohecho (por aceptar el soborno), y además no podrán ejercer más su oficio en ninguna entidad económica estatal.
La Fiscalía Provincial de Artemisa solicita sanciones que van desde los ocho a los 18 años de privación de libertad. Las autoridades recuperaron 30,890 pesos, una cantidad que palidece ante la magnitud del robo y la corrupción expuesta.
Este caso pone de manifiesto la creciente crisis de seguridad y corrupción en las entidades económicas estatales de Cuba, donde las necesidades y la desesperación llevan a muchos a cometer actos delictivos.