El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos ha lanzado una advertencia este martes sobre una onda tropical que está generando lluvias y tormentas eléctricas en el sureste del Mar Caribe.
Desde su cuenta en la red social X, el NHC prevé que el sistema tiene pocas probabilidades de desarrollarse en los próximos días en el Caribe occidental o en el suroeste del Golfo de México durante el fin de semana. Sin embargo, las condiciones ambientales parecen favorables para un desarrollo lento una vez que la onda alcance el Caribe occidental hacia el final de esta semana.
Potencial de formación
La probabilidad de formación en las próximas 48 horas es extremadamente baja, cercana al cero por ciento, aunque incrementa ligeramente si se extiende el margen de pronóstico a siete días, según detalla el NHC en su página web.
Hace pocos días, un fenómeno atmosférico similar impactó Cuba, provocando fuertes chubascos, lluvias y tormentas eléctricas, especialmente en las regiones occidental y central del país, donde varias zonas resultaron inundadas.
Aunque ese fenómeno ya se ha disipado, la actual temporada ciclónica tuvo su primera tormenta tropical: Alberto, que se formó en el oeste del Golfo de México, dejando lluvias, inundaciones costeras y vientos en ráfagas.
Temporada ciclónica activa
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos pronosticó una temporada en el Atlántico más activa de lo habitual, con la posibilidad de hasta 13 huracanes, de los cuales hasta siete podrían ser de gran intensidad.
Según el vaticinio anual que publica la entidad cada mes de mayo, se espera que entre el 1 de junio y el 30 de noviembre se formen entre 17 y 25 tormentas con vientos superiores a 62 kilómetros por hora.
Rick Spinrad, administrador de la NOAA, destacó en una rueda de prensa que este pronóstico es el más alto que la agencia haya emitido en su informe habitual de mayo, pues en una temporada típica se registran entre siete huracanes y tres huracanes mayores con vientos máximos sostenidos de 178 km/h o más.
La alta actividad esperada en la cuenca atlántica se atribuye a una combinación de factores favorables para la formación de tormentas, entre ellos, las temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Atlántico y el desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico.