Un hombre y una mujer, miembros del cártel de Sinaloa, fueron acusados del asesinato estilo ejecución del cubano Julio González, de 46 años, en un hotel de Miami en noviembre de 2022. Podrían recibir cadena perpetua si son declarados culpables.
La Fiscalía Federal del Distrito Sur de Florida informó en un comunicado que el pasado 20 de junio Jimmy Sánchez, de San Diego, California, y Tsvia Kol, de Miami, ambos de 36 años, fueron formalmente imputados por “conspiración para poseer una sustancia controlada con la intención de distribuirla, disparar un arma de fuego para promover un delito de tráfico de drogas y causar una muerte en el curso de la conspiración de tráfico de drogas”.
El asesinato
El 29 de noviembre de 2022, Kol atrajo a González al hotel Aladdin de Miami Springs, donde le exigió revelar el paradero de un paquete de metanfetaminas perdido, que ella sospechaba él había robado. Previamente, la mujer había hecho arreglos para que Sánchez volara a Miami desde San Diego y la ayudara a localizar el paquete y llevar a cabo el asesinato de la víctima, indicó la Fiscalía.
El 30 de noviembre, las autoridades descubrieron a González con dos heridas de bala en la cara y la cabeza, tirado en la habitación 304 del hotel Aladdin, en 901 S. Royal Poinciana Blvd., cerca del Aeropuerto Internacional de Miami. Si son declarados culpables en el juicio, Sánchez y Kol enfrentan una sentencia obligatoria de cadena perpetua, hasta cadena perpetua en libertad supervisada, y multas de hasta $10,000,000.
El pasado 11 de abril, Sánchez fue arrestado y llevado a prisión por asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato, pero se declaró no culpable de los cargos en un tribunal estatal. Kol fue detenida a la mañana siguiente del crimen, pero solo por cargos federales de tráfico de drogas. En la orden de arresto fue descrita como “una conocida miembro de alto rango del cártel de Sinaloa”.
En mayo, Kol fue sentenciada a nueve años en prisión federal luego de declararse culpable de conspiración y posesión con el propósito de distribuir casi dos kilos de metanfetaminas que le fueron incautados en 2020. Pero no fue acusada del homicidio de González hasta el jueves pasado.
González trabajaba como valet parking en un casino y vivía en Hialeah Gardens. Según sus vecinos, a menudo se ofrecía a proteger los paquetes para evitar que alguien los robara. Pero nadie sabía que ayudaba al cártel de Sinaloa a enviar metanfetamina a Miami y esa fue la razón de su asesinato.
El trasfondo del crimen
El cubano esperaba un envío el 16 de noviembre de 2022 de 11 libras de metanfetaminas, que serían entregadas en un apartamento vecino, adonde él iría a recogerlas. Sin embargo, la Administración para el Control de Drogas (DEA) interceptó el paquete, evitando que la droga llegara a su destino.
Durante un operativo de vigilancia, los detectives vieron a González buscando el paquete. Menos de dos semanas después de esa entrega fallida, el cubano fue asesinado.
Kol y Sánchez comenzaron a comunicarse tres días antes del crimen, y la mujer coordinó el viaje del sicario desde San Diego, según el registro de mensajes obtenido por la policía de su teléfono celular. Sánchez voló al Aeropuerto Internacional de Miami, alquiló un automóvil y condujo hasta Hallandale Beach, donde se reunió con Kol. Luego, la siguió desde el sur de Broward hasta el hotel Aladdin para encontrarse con González en la habitación 304.
Kol y González intercambiaron varios mensajes de Instagram la noche del asesinato, según la orden judicial. Cámaras de vigilancia grabaron a la mujer llevando a González al hotel en un sedán Kia; ambos entraron en el vestíbulo por la puerta trasera alrededor de las 10:45 p.m. Mientras que Sánchez fue captado cuando ingresaba al lugar y se dirigía a la habitación, a las 11:20 p.m.
Alrededor de las 11:23 p.m., la policía recibió una llamada de González al 911 en la que se le escuchó decir: “Hotel Aladdin”. Cuando el operador le preguntó si necesitaba ayuda, simplemente respondió “sí, urgente”, antes de que la comunicación se cortara. Los despachadores devolvieron la llamada y escucharon un forcejeo seguido de las palabras “No, no, no” y el sonido de un disparo.
Según la orden de arresto, la policía de Miami Springs llegó al hotel a las 11:36 p.m., pero no pudo descubrir nada fuera de lo normal. Al día siguiente, alrededor de las 9 a.m., el gerente del hotel fue a la habitación 304 y encontró a González en medio de un charco de sangre. Fue declarado muerto en el lugar.
Interrogada por la policía, la expareja de González reveló que, cinco días antes de ser asesinado, el cubano había publicado una foto de una mujer llamada “Sapir Kol” -posteriormente identificada como Tsvia Kol- con la leyenda: “Si me pasa algo, es ella”. La exnovia también informó a los agentes que González le había dicho que Kol amenazaba con matarlo.