La madre cubana que en marzo pasado denunció que su hija de 15 años había sido violada por el subdirector del Politécnico Panchito Gómez Toro, de Holguín, ha decidido salir del anonimato. La menor, diagnosticada con una discapacidad intelectual severa, fue víctima de este atroz acto de violencia.
Un crimen que conmocionó a Holguín
Los hechos se remontan a diciembre de 2023, cuando el hombre, valiéndose de su autoridad, llevó a la adolescente, a las 7.00 am, a un aula situada en un cuarto piso de la escuela, cerró la puerta con candado y mantuvo con ella relaciones sexuales no consentidas. La niña quiso salir de allí y él no se lo permitió. Sin embargo, la Justicia cubana entendió en un primer momento que si la adolescente no gritó, no es una violación sino un delito menor.
La lucha incansable de una madre
Tras una reclamación de la madre y la publicación del caso en CiberCuba, la Fiscalía provincial de Holguín rectificó la decisión del fiscal Á. W. Sánchez y decretó la prisión provisional para Miguel Antonio R. S., exsubdirector del politécnico. Sin embargo, "él sólo cumplió un mes de prisión" preventiva porque quedó en libertad tras pagar una fianza de 15.000 pesos, explica la madre, desesperada porque aún no hay fecha para la celebración del juicio y ese hombre está en la calle.
"Mi niña sentía miedo al salir y poder encontrarse con este degenerado", añade la madre, que ha vuelto a retomar su "batalla" por la tranquilidad de su hija y de su familia. Además, recuerda que la primera vez que el docente fue detenido, quedó en libertad a los tres días.
"En enero (de 2024) retomo todo y al ver la demora del proceso hago público el caso, escribo a la Presidencia, al Ministerio de Justicia de la República y a otras instituciones. A paso lento se retoma el caso. Desde que comenzó todo esto ya el expediente ha pasado por tres fiscales diferentes", señala para añadir a continuación que el presunto violador ya había estado en otra escuela y fue trasladado tras la queja de una madre por el "exceso de confianza" que tenía con su hija. "A él no le pareció bien y solicitó la baja en julio y en septiembre comienza a trabajar en la Panchito Gómez Toro, donde iniciaría la cacería contra mi hija".
Según explica la madre, el subdirector le regalaba golosinas a la niña y la observaba constantemente en su aula, los pasillos y la clase de educación física.
"Después de una lucha incansable, mis escritos en las redes y a cada instancia que escribí, el fiscal decide aprobar la prisión provisional y el día 4 de marzo este es llevado a prisión. Pasando allí solo un mes. Su abogado solicita la libertad y fianza alegando que lo que yo, como madre de la niña decía, de que esta no tenía una mentalidad acorde a su edad cronológica era todo mentira".
"El pasado 24 de abril fui citada al pediátrico donde se me informó que se le realizaría el peritaje médico a mi niña. Allí estuvieron presentes más de cinco especialistas representando a una comisión provincial legal. Estos determinaron que a pesar de que mi hija tiene en su historia clínica que había sido atendida por varios psicólogos y psiquiatras desde los cinco años, ninguno había diagnosticado un retraso mental que la niña presentaba. Ya con 15 años no se podía diagnosticar así a simple vista un RM para esto mi niña tuvo que ser ingresada en la sala de Psiquiatría, tres días donde se determinó, luego de varias pruebas que se le realizaron, que tiene una capacidad mental al límite y reducida, que no es un RM porque socializa, que se justifica porque la niña siempre socializó con personas normales y cursó sus estudios en escuelas normales a pesar de que no venció objetivos".
La madre explica que la niña fue diagnosticada con una capacidad intelectual límite C-75, tendencias al pensamiento concreto, dificultades en la comunicación, dependencia, fácilmente influenciable, vulnerabilidad ante el medio, dificultades en la toma de decisiones, sentimientos de inferioridad, complejos y edad mental por debajo de la cronológica. También han detectado que es ansiosa, que tiene el umbral del dolor alto, que es inmadura, que se identifica con niños más pequeños, ve muñequitos, es obsesiva compulsiva y sensible a la crítica negativa.
Cuenta la madre que académicamente, la niña se adaptó bien al Círculo Infantil y a la Primaria aunque fue regular siempre y nunca venció los objetivos de los grados, tal y como recoge un informe que se hizo el día 30 de mayo.
"Quiero seguir pensando que vivo en un país que hace justicia ante lo mal hecho y que no se deja extorsionar. Quiero pensar que el proceso no estará viciado sólo porque este ser tiene un familiar que trabaja en la Seguridad del Estado o es policía. Sólo pido que este ser pague por lo que hizo porque esto sólo pudo suceder allí en la escuela pues mi niña es una niña que no anda en la calle de noche ni nada de eso y sabemos como está la calle. Este hombre sigue suelto viviendo a sus anchas mientras mi familia no duerme tranquila, ni dormirá hasta que este HP esté entre rejas. Después de ocho meses aún el proceso sigue igual", concluye.