Los cuatro policías de Miami Dade que habían sido acusados por la muerte del chofer de UPS, el cubano Frank Ordóñez, así como del conductor de un vehículo particular, durante un tiroteo con ladrones de una joyería de Coral Gables, el 5 de diciembre de 2019, se entregaron este lunes.
Los cargos y los agentes involucrados
Richard Santiesteban, José Mateo y Leslie Lee enfrentan, cada uno, un cargo de homicidio involuntario. Mientras que Rodolfo Miramar fue acusado de dos cargos similares por la muerte del cubano Ordóñez y de Richard Cutshaw, de 70 años, quien conducía a su casa. Ambos quedaron en el fuego cruzado entre los agentes y los ladrones, informó la cadena Telemundo 51.
Los agentes habían sido acusados a inicios de este mes, cuatro años y medio después del robo a mano armada de la joyería Regent, en Miracle Mile, y el secuestro del camión de la compañía UPS por los atracadores, eventos que culminaron con una aparatosa persecución policial y la balacera en la que murieron dos inocentes y los asaltantes.
Demanda civil y respuesta familiar
La familia de Ordóñez presentó una demanda civil contra las autoridades, pero en agosto de 2022 un juez del condado de Broward dictaminó que no tenían derecho a demandar debido a la inmunidad soberana.
Luego de conocerse que los cuatro agentes serían juzgados en un proceso penal, Luz Apolinario Merino, madre de Ordóñez, declaró vía telefónica a América TeVé: “No había necesidad para que pasara eso y perdieran su vida mi hijo y ese señor…”.
La angustiada madre afirmó que está “esperando que se haga un juicio a conciencia, que cada juez que pongan ese día pongan solamente su mano en el pecho y sientan ese dolor que como madre perdí a mi hijo. Lo vi morir en televisión”.
Joe Merino, padrastro de Ordóñez, dijo al canal de noticias que la acusación a los policías es “sorprendente después de cuatro años y medio” y subrayó: “Al fin hay un progreso, no voy a decir que hay justicia todavía porque la justicia todavía no alcanzo a verla en ese túnel”.