La cantante cubana María Antonieta Fernández, quien estuvo entre las personas desplazadas por el voraz incendio de un edificio en Miami en la mañana de este lunes, dijo que lo perdió todo en el siniestro. “Yo estoy realmente muy nerviosa, súper preocupada”, dijo en una entrevista el mismo lunes con la periodista Ninoska Pérez para la estación radial La Nueva Poderosa, cuando todavía el edificio estaba siendo consumido por las llamas.
La artista se vio obligada a abandonar su vivienda en pijama y no pudo salvar nada, ni siquiera la computadora donde guardaba todo su material artístico y grabaciones. Contó que ella estaba en el baño cuando comenzó todo y que el humo entró a su apartamento muy rápido porque el incendio se desató muy cerca de su vivienda. Dice que da gracias a Dios y a la rápida actuación de los servicios de emergencias que impidieron que hubiera víctimas fatales.
La rápida actuación de los bomberos
“Los bomberos tocaron las puertas revisando y se ocuparon de desalojar a los que no podían salir por sus propios medios”, detalló. A pesar de la tragedia, María Antonieta cuenta que ha recibido un gran apoyo de amigos y familiares. “Tengo muchos amigos que se han ofrecido a ayudarme con ropa, zapatos, y lo agradezco infinitamente”, expresó. Aún sin un lugar fijo donde quedarse, confía en la solidaridad de la comunidad.
María Antonieta explicó que tenía prevista una actuación en el club nocturno Alfaros para la noche del próximo viernes que piensa mantener, ello a pesar del incidente que le ha dado un vuelco a su vida. “Tengo trabajo el viernes en Alfaros y no pienso dejar al público esperando”, afirmó, y añadió que con la ayuda de su directora musical y de su productor se prepara para su presentación artística. “Yo soy La Leona de Cuba y seguiré siendo La Leona hasta que Dios me llame a su terruño”, concluyó la artista, que reside en Miami desde 2012.
María Antonieta -que hace poco celebró sus 50 años de vida artística con un espectáculo en el club Alfaros, en La Pequeña Habana- incluso transmitió en directo el momento en que comenzaban a llegar a la zona los bomberos y los servicios de emergencia. En una publicación en sus redes lamentó no haber sabido nada de su gata desde el incendio.
Las llamadas que informaron sobre un incendio desatado en los apartamentos de Temple Court, cerca del centro de Miami, generaron una rápida respuesta del Cuerpo de Bomberos de Miami alrededor de las 8:15 a.m. de este 10 de junio. Al llegar al lugar, los bomberos consiguieron rescatar sanos y salvos a los residentes que permanecían varados en los balcones del inmueble.
Francis Suárez trabajó de conjunto con la Cruz Roja para ayudar rápidamente a las personas desplazadas en el gimnasio "José Martí" ofreciéndoles comida caliente, medicamentos y organizando opciones de refugio temporal para quienes no pudieran quedarse en casa de familiares o amigos.
Manolo Reyes, comisionado de la ciudad, explicó que entregarán una tarjeta de regalo de 250 dólares para alimentos y artículos de tocador esenciales a cada persona que ingrese a los refugios dispuestos en Miami. Los residentes afectados por el incendio, muchos de la tercera edad, recibirán asistencia para sus necesidades urgentes.
La persona que encontraron herido de bala en la entrada del inmueble fue identificada como un trabajador de Atlantic Housing Management, la empresa que gestiona los apartamentos. La víctima fue trasladada a un hospital cercano, donde permanece en estado crítico, según aseguró este lunes Local 10. En las últimas horas fue dada a conocer la identidad del hombre que presuntamente disparó al encargado del edificio y provocó un incendio intencional en el inmueble, un anciano de 73 años identificado como Juan Francisco Figueroa, quien tiene antecedentes penales, ya que en 1992 fue sentenciado por un asesinato en segundo grado.
El hombre ahora enfrenta cargos por intento de asesinato con un arma de fuego, felonía y provocar un incendio, de acuerdo con el registro de la cárcel. El fuego, que duró al menos cinco horas, causó el colapso parcial del techo del sector oeste del edificio, desafiando incluso el persistente aguacero que cayó durante la emergencia.