En un asombroso caso médico, un cubano de 74 años se ha convertido en noticia después de una exitosa intervención quirúrgica en Pinar del Río, donde se le extrajo un cálculo de tamaño increíble de su vejiga. La operación ha dejado a todos boquiabiertos debido a la magnitud del cálculo.
Israel Bruguera García fue sometido a varios procedimientos médicos complejos para remover el enorme cálculo y, además, se le realizó una prostatectomía radical, eliminando completamente su próstata.
Un caso médico impresionante
La noticia fue difundida por Guerrillero, un periódico oficialista local que entrevistó a Israel y a su hijo, publicando impactantes fotografías del cálculo vesical, del tamaño similar a una pelota de ping pong. La extracción de este cálculo, que consiste en eliminar masas duras de minerales acumulados en la vejiga, fue solo el inicio de un largo proceso de recuperación.
La presencia de un cálculo tan grande puede causar dolores intensos, infecciones urinarias recurrentes y dificultades para orinar. En el caso de Israel, la extracción del cálculo y la prostatectomía radical resultaron en incontinencia urinaria, una complicación común pero severa.
Para manejar esta incontinencia, Israel tuvo que usar un catéter y una sonda permanente durante más de dos años, un método incómodo y propenso a causar infecciones. Las dificultades que enfrentó, como la obstrucción y desplazamiento de la sonda, afectaron significativamente su calidad de vida y su capacidad para trabajar en su finca.
Una solución innovadora
Finalmente, Israel fue remitido al Hospital "Hermanos Ameijeiras" en La Habana, donde se le diagnosticó la necesidad de un esfínter urinario artificial. Este dispositivo es crucial para aquellos que sufren de incontinencia urinaria severa, como era su caso.
El esfínter urinario artificial consta de un manguito de presión, un globo regulador de presión y una bomba de control. El manguito se coloca alrededor del cuello de la vejiga y se infla para cerrar la uretra, previniendo la fuga de orina. El globo regulador se coloca en el abdomen y la bomba en el escroto.
Para orinar, el paciente presiona la bomba, lo que transfiere el fluido del manguito al globo, permitiendo que el esfínter se relaje y se pueda vaciar la vejiga. El manguito se reinfla automáticamente en unos minutos, asegurando que la uretra permanezca cerrada hasta el próximo uso. La operación fue un éxito, y aunque la recuperación incluyó un mes de cuidados intensivos y ejercicios para estirar la vejiga, Bruguera García ahora disfruta de una calidad de vida significativamente mejorada.
Salud pública en colapso
La historia de Israel es un caso de éxito en medio del colapso de los servicios públicos de Salud en Cuba. La falta de inversiones, la decadencia de los centros hospitalarios, la fuga de médicos y el desabastecimiento farmacéutico impactan gravemente las necesidades de atención médica de la población.
No todos los cubanos con condiciones similares a las de Israel logran ser atendidos con la misma suerte. Muchos deben esperar años para una cirugía debido a la falta de quirófanos, cirujanos y hasta instrumental médico, anestesia o fluido eléctrico. En noviembre de 2023, un cubano desesperado salió a la calle con un cartel dirigido a las autoridades cubanas, rogando por una operación urgente para extraerle un cálculo renal de 80 mm que le causaba un dolor insoportable.
En otro caso, un padre cubano recurrió a Internet en busca de ayuda para su hija de 15 años, quien llevaba semanas esperando una operación en el hospital infantil Juan Manuel Márquez de La Habana, donde la escasez de insumos y personal médico era alarmante.
La periodista oficialista Betsy Anaya también denunció la falta de suturas en el Hospital Pediátrico de Centro Habana, un ejemplo de la alarmante situación de la salud pública en la isla.
Uno de los casos más conmovedores en los últimos tiempos es el de la niña cubana Amanda Lemus Ortiz, quien sufría de atresia de las vías biliares y necesitaba un trasplante de hígado. A pesar de tener un donante compatible, la operación no pudo realizarse en Cuba. Finalmente, gracias a una campaña solidaria, Amanda fue sometida a un trasplante en España, mostrando señales de evolución a pesar de su delicado estado.
Estas historias reflejan una cruda realidad: el sistema de salud cubano está en crisis, y muchos pacientes no reciben los cuidados que necesitan.