El gobierno de Uruguay ha promulgado un decreto que permitirá a miles de cubanos en ese país resolver su situación migratoria, un beneficio que los indocumentados han estado solicitando durante meses. Tras varios años demandando acciones del gobierno de Luis Lacalle Pou para obtener residencia en el país sudamericano, los cubanos y otros inmigrantes de nacionalidades que requieren visa para entrar a Uruguay finalmente podrán acceder a un estatus legal.
La normativa fue firmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio del Interior, y permitirá a los indocumentados legalizarse a través de la "residencia por arraigo", una figura legal que beneficia a los solicitantes de refugio que no cumplían con las condiciones para serlo. Esta medida, publicada este jueves, beneficiará a unas 20.000 personas que permanecen de forma irregular en el país, la mayoría cubanos, según reconoció el gobierno.
"Se trata de un paso trascendental que aborda la situación de miles de migrantes que ingresan al territorio nacional como solicitantes de refugio, y que permanecen a la espera de una resolución que en la mayoría de los casos es negativa por incumplir las condiciones para acceder a esa figura", señala la resolución. Explica que "las personas que son rechazadas o renuncian al instituto del refugio y que, por su origen, requieren de visa para el ingreso al país, permanecen en Uruguay de forma irregular y sin figura legal que les permita resolver su situación, lo que impide también la posibilidad de reunificación familiar".
Sin embargo, el decreto firmado por Lacalle Pou y los ministros Omar Paganini y Nicolás Martinelli, ofrece una solución legal a esa situación. El decreto de Residencia por Arraigo prevé tres tipos de residencia: por arraigo laboral o trabajo por cuenta propia (permanente), arraigo familiar (permanente), y arraigo para formación (temporaria renovable).
En la actualidad, la Comisión de Refugiados (CORE), el órgano encargado de procesar las solicitudes de quienes ingresan al país como solicitantes de refugio, tiene pendiente de respuesta más de 24.000 aplicaciones. En su mayoría de ciudadanos de origen cubano o de otras nacionalidades que requieren visa para ingresar al país y que por años se han quejado de que sin regularización no pueden conseguir trabajos ni escuelas.
Un censo publicado en 2023 confirmó que los migrantes cubanos representan el 20% de la población extranjera en Uruguay y miles se encontraban en un limbo migratorio del que ahora podrán salir gracias al nuevo decreto. Sin embargo, en abril pasado, unos 5.000 cubanos estaban en un “limbo migratorio”, pues no tenían estatus de refugiados y tampoco podían renunciar a la solicitud de refugio para tramitar la residencia permanente que les permitiría la reunificación familiar.
Organizaciones de cubanos en la nación sudamericana dieron la alerta, según un reportaje del diario español El País. Lacalle Pou, abiertamente opuesto a los regímenes populistas latinoamericanos, afirmó que los migrantes cubanos llegan a su país porque no les queda otra opción.
Preguntas frecuentes sobre la regularización de cubanos en Uruguay
A continuación, respondemos algunas preguntas frecuentes sobre el nuevo decreto del gobierno uruguayo que permitirá la regularización de miles de cubanos en el país.
¿Qué es la "residencia por arraigo" en Uruguay?
La "residencia por arraigo" es una figura legal que permite a los solicitantes de refugio, que no cumplen con las condiciones para serlo, legalizar su estatus migratorio en Uruguay.
¿Cuántas personas se beneficiarán con el nuevo decreto en Uruguay?
El nuevo decreto beneficiará a unas 20.000 personas que permanecen de forma irregular en el país, la mayoría de ellos cubanos.
¿Cuáles son los tipos de residencia contemplados en el decreto de Uruguay?
El decreto de Residencia por Arraigo prevé tres tipos de residencia: por arraigo laboral (permanente), arraigo familiar (permanente) y arraigo para formación (temporaria renovable).
¿Qué problemas enfrentan los migrantes cubanos en Uruguay sin regularización?
Sin regularización, los migrantes cubanos no pueden acceder a trabajos ni a escuelas, y permanecen en un limbo migratorio.